Geotérmia de muy baja entalpía.Sistemas

Los sistemas geotérmicos de muy baja entalpía se están extendiendo en su instalación a lo largo de todo el planeta. La facilidad de aplicación, el coste económico frente a la amortización y la disposición de los mismos sin relación con otros parámetros los hacen ser el mejor apoyo en la generación de acondicionamiento y agua caliente sanitaria para una vivienda, edificio o construcción.
La construcción de un sistema geotérmico de baja entalpía implica una valoración de las necesidades de calefacción/refrigeración/ACS así como una evaluación del entorno disponible. Estos dos parámetros son la base del cálculo del dimensionamiento del sistema y del tipo de instalación a proyectar.
  Los sistemas abiertos.
Un sistema abierto es aquel que dispone de una zona de intercambio físico con el medio. En resumen se trataría de obtener agua de un acuífero confinado o abierto a una cierta temperatura y devolverla al medio más fría. Este intercambio de temperatura se recomienda que no exceda de 6ºC para evitar la precipitación de cales y el cegado de los pozos. Otro inconveniente que se tiene es la disponibilidad de agua suficiente, es decir, se ha de obtener un caudal constante durante todo el año y las dimensiones del acuífero deberán permitir la disipación de los gradientes térmicos generados.
También conllevan la aplicación de restricciones medioambientales y la necesidad de disponer de un medio de intercambio en el lugar de implantación; sin embargo son mucho más duraderos en el tiempo y económicos.
  Los sistemas cerrados.
Como su nombre indica, y en contraposición de los anteriores, se dispone de un circuito cerrado y aislado del entorno que hace de transporte del calor al sistema de bombeo. En este caso las implicaciones con el medio ambiente no son tan estrictas ya que no se interactúa con él en cuanto a materiales. Sin embargo es algo más caro de construir, más delicado y de menor vida en el tiempo.
También tienen más desarrollos, aplicaciones y utilidades que los anteriores ya que el intercambiador se puede adaptar a la disponibilidad del terreno.

Si nos centramos en los tipos de sistemas adaptados a construcciones para aprovechamiento directo, calefacción, refrigeración o ACS tenemos que los sistemas se reducen a abiertos y cerrados.

Esto ofrece garantías de eficiencia del sistema y control de la instalación durante su vida.
Aunque no suelan tenerse en cuenta, no todas las zonas son buenas para un sistema determinado. Normalmente es el encargado del proyecto quien decide que tipo de sistema implantar, pero se olvida de hacer una valoración exhaustiva de la zona y elige en función de sus criterios.
Así, un sistema abierto en una zona en que se disponga de un pozo de agua profundo, por ejemplo, no solo atañe a la extracción de ese agua, sino a la capacidad de inyección, regeneración del circuito y absorción del gradiente geotérmico generado. Por eso la evaluación de la zona de trabajo ha de ser precisa. Además de estas consideraciones la aplicación de un sistema de geotermia precisa de una valoración de la capacidad calorífica del terreno mediante un test de respuesta termica (TRT).

SISTEMAS ABERTOS O CERRADOS

Los sistemas abiertos, en general y de forma teórica, tienen una mejor disposición y longevidad que los cerrados, pero son más complejos de instalar y requieren de mucho mejor control de la zona de implantación.  En su favor los sistemas cerrados ofrecen seguridad y fiabilidad sin apenas restricciones de implantación y uso.